En el misterioso y fascinante panteón del Antiguo Egipto, los nombres de los dioses resuenan con significados profundos y simbolismo arraigado en la cosmovisión de esta antigua civilización. Cada deidad, con su nombre distintivo, encarna aspectos únicos del mundo natural y sobrenatural. Adentrémonos en el intrigante universo de los nombres divinos egipcios.
Pero muchos de los nombres que usamos hoy en día para referirnos a los dioses egipcios ¡no son sus nombres originales sino el nombre que le dieron los griegos cuando visitaron Egipto! En el post de hoy vamos a adentrarnos en cómo serían los nombres originales de los dioses más conocidos.
Ra – El Sol Supremo
Comencemos con Ra, el dios sol y una de las deidades más veneradas. Su nombre, que significa “sol” en egipcio antiguo, refleja su papel como la fuente de luz y vida. Ra personifica el sol en su esplendor y poder, siendo adorado en diversas formas a lo largo de la historia egipcia. En este caso el nombre egipcio no cambiaría con respecto al que usamos hoy en día. Es posible que a veces lo veáis escrito como Re, lo que también es correcto. Esto se debe a que en egipcio Ra se escribía con el signo para r, que vendría a ser una boca, y el signo cuyo valor fonético llamamos “agin”, que estaría entre una a y una e.
La ciudad más importante del culto a Ra en el antiguo Egipto se ubica en el norte, bajo lo que hoy sería parte de la capital, El Cairo. Los griegos la llamaron Heliópolis (ciudad del sol), pero los egipcios la conocían como Iunu.

Osiris – El Señor de la Vida Eterna
El nombre original del famoso dios Osiris, dios de la resurrección y el más allá, la palabra egipcia “Wsir” o “Asir,” que se podría relacionar con la palabra egipcia con otra grafía pero con mismo valor fonético, wsir, que significa “poderoso” o “el que tiene autoridad.” Su nombre refleja su posición como juez de los muertos y su conexión con la vida después de la muerte.

Isis – La Gran Maga
Isis, la diosa de la maternidad y la magia, lleva un nombre que proviene del egipcio “Aset” o “Eset,” que significa “trono” o “asiento.” Este nombre sugiere su papel como la protectora y la que otorga estabilidad, como un trono firme para sus devotos.

Horus – El Dios del Cielo
El nombre Horus deriva del término egipcio “Hor,” que significa “lejano” o “elevado.” Como dios del cielo y el sol naciente, el nombre de Horus evoca la majestuosidad celestial y su papel como protector del orden divino.

Anubis – El Señor de las Tumbas
Anubis, asociado con la muerte y el embalsamamiento, tiene un nombre que se cree que proviene del egipcio “Anpu” o “Inpw,” que se cree procede de la palabra que significa “putrefacción” o “decadencia.” Este nombre refleja su papel en el cuidado de los difuntos y el proceso funerario.

Thot – El Sabio y Escriba Divino
Thot, dios de la sabiduría y la escritura, lleva un nombre que proviene de la raíz egipcia “??wt,” que se relaciona con la medición y el cálculo. Su nombre refleja su papel como escriba divino y su contribución al conocimiento y la escritura sagrada.

Bastet – La Diosa Felina
Bastet, asociada con la protección y la ferocidad maternal, lleva un nombre que se deriva del egipcio “bast,” que significa “devorar” o “despedazar.” Su nombre refleja la naturaleza felina y la capacidad de proteger a sus devotos de los males.

Ptah – El Creador y Artesano
El nombre de Ptah, dios creador y patrón de los artesanos, proviene del egipcio “Pt?,” relacionado con la idea de “dar forma” o “modelar.” Este nombre refleja su papel en la creación del mundo y el fomento de la artesanía.

Maat – La Diosa de la Verdad y la Justicia
Maat, personificación de la verdad y la justicia cósmica, lleva un nombre que se relaciona con la palabra egipcia “m?t,” que significa “verdad” o “rectitud.” Su nombre refleja su papel en el mantenimiento del equilibrio y la armonía en el universo.

Conclusión: Nombres que Resuenan en la Eternidad
Cada nombre en el panteón egipcio lleva consigo una carga de significado y simbolismo que trasciende el tiempo. Estos nombres, con raíces en la antigua lengua egipcia, han perdurado a través de los siglos, recordándonos la riqueza espiritual y cultural de una civilización que encontró en sus dioses la clave para comprender el mundo que los rodeaba. En cada invocación de estos nombres, se evoca una conexión con la eternidad, donde los dioses egipcios siguen resonando con poder y significado.